1 Tesalonicenses 1:2 Damos siempre gracias á Dios por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones;
3 Sin cesar acordándonos delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, y del trabajo de amor, y de la tolerancia de la esperanza del Señor nuestro Jesucristo:
La Obra de vuestra Fe.
El punto aquí refiere la enseñanza bíblica de que aun cuando es cierto que las obras no producen como resultado salvación. No es menos cierto que la salvación cuando es autentica si produce como resultado “buenas obras”.
Efesios 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe. 10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Lo verdaderamente cierto es que la fe que te hace salvo, también te inspira a procurar realizar el deseo de Dios por el bienestar de sus criaturas.
Y como agradar a Dios se convierte en tu más profundo anhelo.
El trabajo de vuestro Amor.
Así como la fe te inicia en la realización de tu misión de vida, el amor te sostiene y te alienta a seguir cuando las cosas se ponen difíciles.
El amor es la gracia cristiana de mayor impacto tanto para alcanzar a los perdidos para Cristo como para edificar a los creyentes, integrándolos al cuerpo de Cristo; es el pegamento perfecto que te une y te hace parte del cuerpo.
Cuando la Biblia habla aquí de trabajo no se refiere a nuestra idea de trabajar, sino de pasar trabajo. Que no es lo mismo.
Cuando hablamos de que se pasa trabajo, nos referimos a que vives o experimentas tiempos duros, difíciles, desagradables, incómodos. ¿Cuándo una persona acepta pasar por tiempos así?