Vuestra constancia en la esperanza en Nuestro Señor Jesucristo.
Esta frase indica que los Tesalonicenses avanzaban en sus vidas cristianas con voluntad inquebrantable, aun bajo el peso de circunstancias muy adversas.
Lo que les impartía nuevas fuerzas era la esperanza que tenían.
Y sobre todo la persona de quien dependía su esperanza.
Toda esperanza nace de una promesa y será tan fuerte como la confianza que nos inspire la persona que la hizo.
Los hermanos de Tesalónica tenían la total convicción de que llegaría el momento para la redención de sus cuerpos mortales y la participación en la manifestación de la Gloria de Cristo.
Y quien hizo la promesa fue Jesucristo.
El prometió a quienes creen en El, que volvería, pero esta vez manifestando todo su poder y su gloria y que nosotros seriamos los invitados de honor en ese magno evento.
Y como ningún cuerpo de carne puede resistir la gloria de Dios sin desintegrarse y morir, antes de ese evento, nuestro Señor hará algo: redimirá nuestros cuerpos terrenales, corruptibles y mortales transformándolos en cuerpos celestiales, incorruptibles e inmortales. Cuerpos de glorificados.
1 Tesalonicenses 4:13 Pero tampoco, hermanos, quiero que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. 14 Pues si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con él a los que durmieron en Jesús.
Durmieron es la palabra griega: ho koimaoque significa: quedarte inherte, calmado, quieto, dormirte, morir.
Es la misma palabra Hebrea HAY YA, Haw Yaw,
15 Por lo cual os decimos esto por palabra del Señor, que nosotros que vivimos, que habemosquedado hasta la venida del Señor, no seremos delanteros a los que durmieron. 16 Porque el Señor mismo con clamor, y con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán primero:
17 Después nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir al Señor en el aire; y así estaremos siempre con el Señor. 18 Por tanto consolaos los unos a los otros con estas palabras.
Espíritu, alma y cuerpo. Todo nuestro ser.
1 Tesalonicenses 5:23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Hechos 7:59 Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. 60 Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.