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5. De la ira de Dios

Romanos 5:9 Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.

La ira es definida como “la respuesta emocional a la percepción del mal y la injusticia,” con frecuencia traducido como “enojo,” “indignación,” “cólera,” o “irritación.” Tanto los humanos como Dios expresan la ira.

Pero hay una gran diferencia entre la ira de Dios y la ira del hombre.

La ira de Dios es santa y siempre justificada; la del hombre nunca es santa y rara vez justificada.

En el Antiguo Testamento, la ira de Dios es una divina respuesta al pecado y la desobediencia del hombre. La idolatría era con frecuencia la causa de la ira divina. El Salmo 78:56-66 describe la idolatría de Israel.

Salmo 78:56 Pero ellos tentaron y enojaron al Dios Altísimo,

Y no guardaron sus testimonios;

57 Sino que se volvieron y se rebelaron como sus padres;

Se volvieron como arco engañoso.

58 Le enojaron con sus lugares altos,

Y le provocaron a celo con sus imágenes de talla.

59 Lo oyó Dios y se enojó,

Y en gran manera aborreció a Israel.

60 Dejó, por tanto, el tabernáculo de Silo,

La tienda en que habitó entre los hombres,

61 Y entregó a cautiverio su poderío,

Y su gloria en mano del enemigo.

62 Entregó también su pueblo a la espada,

Y se irritó contra su heredad.

63 El fuego devoró a sus jóvenes,

Y sus vírgenes no fueron loadas en cantos nupciales.

64 Sus sacerdotes cayeron a espada,

Y sus viudas no hicieron lamentación.

65 Entonces despertó el Señor como quien duerme,

Como un valiente que grita excitado del vino,

66 E hirió a sus enemigos por detrás;

Les dio perpetua afrenta.

La ira de Dios es consistentemente dirigida hacia aquellos que no siguen Su voluntad Deuteronomio 1:26-46;

Josué 7:1 Pero los hijos de Israel cometieron una prevaricación en cuanto al anatema; porque Acán hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá, tomó del anatema; y la ira de Jehová se encendió contra los hijos de Israel.

Los profetas del Antiguo Testamento, a menudo escribían acerca de un día en el futuro, el “día de la ira”.

Sofonías 1:14 »Ese terrible día del Señor está cerca.

 Viene de prisa,

un día de llanto amargo,

 un día cuando aun los hombres fuertes clamarán.

15 Será un día cuando el Señor derramará su ira,

 un día de terrible aflicción y angustia,

un día de ruina y desolación,

 un día de oscuridad y penumbra,

un día de nubes y de negrura,

La ira de Dios contra el pecado y la desobediencia es perfectamente justificada porque Su plan para la humanidad es santo y perfecto, así como Dios Mismo es santo y perfecto.