Jesús dijo a un maestro judío llamado Nicodemo “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” Jn. 3:3.
Con esto Jesús estaba asegurando que sin importar que él fuera maestro de Israel, que fuese judío y que tuviera una religión necesitaba un cambio interior por la obra del Espíritu.
Ni todas sus creencias o rituales podían darle entrada al reino si no tenía esta experiencia.
Este nuevo nacimiento es espiritual, no físico (Jua 3:6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.) y es del agua y del Espíritu (Jua 3:5 … el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.)
1.Limpieza con agua pura: Eze36:25 “Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré.”
2.Darles un nuevo corazón y espíritu para hacer su voluntad: Eze36:26 “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.”
3.Poner en ellos su Espíritu para cumplir su Palabra: Eze36:27 “Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.”
Estas tres acciones correspondientes se debían que aunque Israel había tenido la ley la cual incluía mandamientos morales escritos en piedra, ceremonias y rituales de purificación y expiación hasta el momento habían resultado ser ineficaces en su tratamiento con el pecado del pueblo. Ellos necesitaban una obra interior y Dios prometió realizarla.
Por lo que nacer de nuevo es ser renovado interiormente, es decir, en el espíritu y el corazón para obedecer la Palabra de Dios. Del mismo modo el profeta Jeremías anunció que Dios haría un nuevo pacto que no estaría basado en leyes escritas en piedra sino en el corazón y la mente
Jeremías 31:31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.
32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.
33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.
34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.