Dios nos ha dado el privilegio de ser valiosas, ¡sí! Valiosas; pero, no con cualquier valor, ¡no!, sino, como el valor de las piedras preciosas. Mujer, Dios nos ha dado un gran valor, porque El, dice que sobrepasa el de las piedras preciosas, cuando somos “virtuosas”, cuando nos apropiamos de lo que Él quiere que tú y yo seamos amadas.