Escuchamos en el evangelio de hoy el nacimiento de Juan Bautista. Hace unos días decíamos: "Dios, antes de pedir algo, promete". Hoy completamos la frase: “Dios, todo lo que promete, cumple”.
En este pasaje de Lucas vemos cómo a los ocho días del nacimiento de Juan Bautista, sus padres lo llevan al Templo para presentarlo. Luego de llamarlo Juan, dice el evangelista que a Zacarías “se le soltó al boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios”. Añade: “Los vecinos quedaron asombrados y corrió la noticia por toda la montaña de Judea”.
Reflexionemos en este día previo a la Navidad sobre el tema del asombro. Dice el Papa Francisco: "El pueblo fiel de Dios es capaz de vivir la fe con alegría, con sentido de asombro, de sorpresa y de gratitud. Vemos a aquella gente que hablaba bien de esta cosa maravillosa, de este milagro del nacimiento de Juan, y lo hacía con alegría, estaba contenta, con sentido de asombro, de sorpresa y de gratitud”.