Mientras Jesús pasaba, dos ciegos le expresaron a gritos su miseria y su esperanza: “Hijo de David, ten compasión de nosotros”. Los dos protagonistas del evangelio de hoy son ciegos y, sin embargo, ven lo más importante: reconocen a Jesús como el Mesías que ha venido al mundo.
Ayer dedicamos la primera reflexión sobre este pasaje al tema "Ir a Jesús para sanar". Hoy dedicamos la segunda de tres reflexiones al tema "Llevar las heridas juntos". Y es que estos ciegos nos enseñan a afrontar las cegueras de nuestra vida no de modo individualista, sino desde la fraternidad.