Un tema central de nuestra fe es el de la misericordia. Muchos aspectos se derivan de ella: compasión, ternura, perdón. Quizás el más difícil de todos es este último: el perdón.
Jesús insiste en este tema porque el perdón nos hace libres y nos hace encontrar la verdadera libertad. No perdonar nos encadena al pasado y nos hace vivir prisioneros de lo que aconteció. Perdonar nos libera, nos hace caminar con la cabeza en alto.
En esta reflexión profundizamos en dos situaciones en las que tenemos que aprender a perdonar: (i) perdonar cuando nos hacen un mal y (ii) perdonar cuando hacemos un bien.