Jesús constantemente en el evangelio critica las actitudes de los doctores de la ley y fariseos, que se preocupaban mucho por la ley, pero descuidaban lo interno. A ellos les llamó incluso "sepulcros blanqueados".
Nosotros también tenemos el riesgo de vivir una fe centrada solo en lo externo, en las normas, en los preceptos. Esta Cuaresma debe ser un tiempo para convertirnos desde lo más profundo del corazón. Que las obras externas no sean superficiales o simplemente una fachada, sino que nazcan de un corazón realmente renovado y convertido, de un corazón que vibra por el Señor.