Celebramos hoy el IV Domingo de Cuaresma, así llamado Domingo de Laetare (Domingo de la alegría).
La antífona de ingreso de la misa invita a la alegría: Alégrate Jerusalén. Regocíjense los que estuvieron tristes…
¿Cuál es el motivo de al alegría? El gran amor de Dios a la humanidad, tal como lo indica el evangelio: Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que crea en él no muera, sino que tenga vida eterna.
Incluso cuando la situación parece desesperada, Dios puede intervenir. Dios no está alejado, sino que entra en la historia de la humanidad para animarla con su gracia y salvarla.
No debemos desanimarnos cuando vemos nuestros límites, nuestros pecados, nuestras debilidades: Dios está ahí, Jesús está en la cruz para sanarnos.
