Ayer hablábamos de la importancia de pedir a los santos su intercesión en este maratón cuaresmal. Ellos son nuestros amigos, pero además son modelos que nos enseñan cómo vivir la fe. Por ello queremos algunos días de esta Cuaresma presentar algunos ejemplos, especialmente con historias reales.
San Francisco de Asís nos enseña en la anécdota de hoy cómo vivir el sacrificio de la renuncia a uno mismo. Él, a pesar de que quería hacer un ayuno fuerte, fue capaz de renunciar a eso cuando vio que si él no comía otro fraile tampoco comería, pero a este fraile le estaba haciendo mal ese ayuno tan fuerte.