Seguimos adelante en este camino cuaresmal. Llegamos ya al día 17 y hoy recitamos en el salmo de la misa: “Recordemos las maravillas del Señor”.
Dice el Papa Francisco: “Que el cristiano siempre haga memoria de los modos y de las circunstancias con que Dios se ha hecho presente en su vida, porque esto refuerza el camino de la fe”.
Hoy quisiera invitarles a reflexionar sobre la memoria espiritual.
Es muy interesante ver cómo en el libro del Deuteronomio la invitación que más hace Dios al Pueblo de Israel es a hacer memoria. “Recuerda, ten presente, no olvides” son tres de las expresiones más citadas en este libro de la Biblia. Dios que invita constantemente a su Pueblo a recordar no solo con la mente, sino sobre todo con el corazón. En los momentos de cansancio, de desánimo, de tentación, les invitaba a recordar los buenos momentos, especialmente a recordar esos momentos donde ellos como Pueblo sintieron la presencia de Dios, su cercanía, su compañía, su poder y su ternura.
Nosotros, queridos amigos, somos como ese nuevo Pueblo de Israel del siglo XXI. Muchas veces en el camino de la fe nos puede llegar el cansancio, la rutina, la mediocridad. Es en esos momentos donde Dios nos invita a recordar, a hacer memoria, o en palabras del Papa, a deuteronomiar, de modo que el recuerdo de las cosas pasadas, de los encuentros profundos que hemos tenido con Dios, nos ayude a seguir adelante.
Les invito a que en este día cada uno recuerde un momento fuerte donde estuvo cerca de Dios. Un retiro, un curso, un taller, una hora santa, unas misiones… Recordar lo que sentimos, lo que vivimos, esa felicidad tan grande que nos llenó el corazón. Y decirle a Dios: “Que este recuerdo me ayude a renovarme, a volver a Ti, a volver a este camino de felicidad”. Que así sea.
