El evangelio del domingo pasado nos narró el episodio de la resurrección de Lázaro. Las palabras que el evangelista pone en boca de Jesús son: "Lázaro, sal afuera". Sin embargo, el idioma original nos remite, más que al verbo salir, al verbo subir. Jesús no solo invitaba a Lázaro a salir del sepulcro, sino a subir a una vida de mayor santidad. Así sucede con cada uno de nosotros. No solo quiere invitarnos a dejar el sepulcro de nuestro pecado, sino a subir a una vida de mayor virtud, entrega y amor.