A veces, en medio del dolor, nos preguntamos si lo que estamos viviendo viene de Dios. ¿Es un castigo? ¿Una lección dura que Él quiso darnos? En este episodio reflexionamos sobre una frase fuerte de san Pablo y cómo entenderla desde la luz del Evangelio. Porque Dios no es el que castiga, sino el que acompaña, el que permanece, el que transforma. En esta Cuaresma, te invitamos a mirar a Dios no como el origen del sufrimiento, sino como la presencia fiel que nos sostiene y nos sana desde dentro.