Durante la Cuaresma, muchos se acercan al confesionario buscando consuelo y perdón. Pero a veces, pueden salir molestos o decepcionados por la actitud de un sacerdote. Esto nos recuerda una verdad importante: los sacerdotes también son humanos.
No son ángeles, ni superhéroes. Tienen días buenos y malos, también se cansan, se enferman, dudan, luchan y se equivocan. Aunque están llamados a ser instrumentos de Dios, siguen siendo hombres frágiles.
Este podcast invita a los fieles a tener una mirada comprensiva y misericordiosa hacia sus sacerdotes. No se trata de justificar errores o pecados, sino de comprender la humanidad del pastor. Como decía el Papa Francisco: “El pastor también es oveja”.
Si alguna vez saliste herido de una confesión, no cierres tu corazón. Dios nunca falla, aunque a veces sus instrumentos sí. Reza por ese sacerdote, y recuerda: en la Iglesia, caminamos juntos, con nuestras luces… y nuestras sombras.
