“No romperá la caña resquebrajada, ni apagará la mecha que aún humea”. Escuchamos estas palabras en la primera lectura de la misa de hoy, lunes
santo. Palabras que dice Dios en el libro del profeta Isaías.
Hace dos días les comentaba que al inicio de la Cuaresma se nos hablaba de lo que nosotros tenemos que hacer por mejorar: ayuno, oración, limosna, virtudes… Y cómo conforme nos acercábamos a Semana Santa, la liturgia nos hablaba ya no de lo que nosotros tenemos que hacer, sino de lo que Dios quiere hacer en nosotros.
Hoy la liturgia nos dice algo de lo que Dios quiere hacer en nosotros. La lectura lo dice en negativo: “No romperá la caña resquebrajada, ni apagará la mecha que aún humea”. En positivo: “Te daré la gracia para que crezcas santamente, para que consigas tus objetivos, para que seas una luz encendida que guíe a los demás. Estaré siempre contigo, en tus problemas, en tus dificultades, especialmente cuando sientas que la mecha de tu fe se apaga, la mecha de tu salud, de tu psicología, de tus fuerzas...".
Qué hermoso es ver en esta Semana Santa la liturgia llena de promesas de Dios. Un Dios que no se desentiende de nosotros, sino que siempre está disponible y sale a nuestro encuentro para ayudarnos en nuestras dificultades.