Hace unos días me encontré con un amigo al que le traje desde Roma una medallita de la Virgen bendita por el Papa. Cuál va a ser mi sorpresa que al dársela se conmueve y me cuenta cómo dos meses atrás perdió esa misma medallita, sintiéndose triste de haber perdido a la Virgen. Al recibir mi regalo, se dio cuenta de que la Virgen había querido regresar a él.
En este episodio buscamos reflexionar en cuántas veces en nuestra vida nos alejamos de nuestra madre del Cielo y sin embargo ella está buscando cómo volver a nosotros. Lo único que necesitamos es quitar los obstáculos de nuestro corazón y dejar que ella entre.
Virgen Santísima, ruega por nosotros.