Hola queridos y queridas. He estado un poco perdida, pero siempre pensando en ustedes.
Estas últimas semanas tuve la oportunidad de ser parte de la historia de los deportes en Nueva York y me recordó lo grande que es el plan de Dios. Nosotros posiblemente no lo entendemos en su momento y para colmo, tampoco lo conocemos. Lo que si les puedo decir es que, sin duda alguna, siempre debemos confiar y creer en él.