Una increíble y paupérrima tercera entrega en esta segunda temporada, en donde el par de interlocutores analiza en profundidad las rifas de inmubles, el pánico desatado por un seudo-realístico programa de radio y, como ya es costumbre, no puede faltar la comparación de cosas que puedes decir en -inserte situación cotidiana- y en la cama.
No olvidar que estos capítulos son posibles gracias a la falta de criterio, asertividad e inteligencia por parte de ambos dueños de micrófonos, y además por el pequeño gran felino, amo y dueño de todo lo que ve: Lebi