El control social como aliado del control gubernamental
El mes pasado la contraloría recibió con orgullo y satisfacción el Premio Creatividad Empresarial en las categorías de Gestión Pública Nacional e Innovación en Procesos, ambos por el
Programa Monitores Ciudadanos de Control, un programa de participación ciudadana para el control gubernamental que creamos en el 2018 para supervisar pequeñas obras en el marco del proceso de reconstrucción con cambios dados los efectos del fenómeno del Niño Costero del 2017 que afectó a decenas de miles de ciudadanos en 13 regiones del país.
Los buenos resultados de este programa nos han permitido extenderlo a nivel nacional, y hoy por hoy constituye un eje fundamental del control social con la participación comprometida de más de 16 mil ciudadanos que han sido capacitados previamente en nuestra Escuela Nacional de Control en temas de gestión pública y control gubernamental, como paso previo a la acreditación de la Contraloría General para que conjuntamente con nuestros auditores controlen el correcto uso de los fondos públicos en los procesos de contratación de bienes, servicios y obras.
Gracias a este programa de voluntariado hemos podido concretar, por citar solo algunos ejemplos, el control a los portales de transparencia y acceso a la información de más de 1500 entidades públicas, comprobando en el 95% de ellas diversos incumplimientos; lo mismo durante la supervisión a la ejecución de obras de mantenimiento de caminos vecinales; así como también en la implementación de medidas de prevención y bioseguridad para evitar el contagio de servidores públicos en sus sedes de trabajo ante la pandemia por la COVID-19. Los resultados de estas intervenciones han sido notificados y publicados en el portal web institucional de la Contraloría General.
Los Monitores Ciudadanos de Control, conjuntamente con otros programas institucionales como las Audiencias Públicas “la Contraloría te escucha”, los cursos virtuales “Tú tienes el control”, y el Programa de Auditores Juveniles, promueven la participación ciudadana y el aprovechamiento de esa inteligencia colectiva que existe en la sociedad para juntos trabajar decididamente contra la corrupción y la inconducta funcional, no solo presentando alertas y denuncias, sino trabajando coordinadamente en cada una de las fases del ciclo del control gubernamental.
La corrupción no es un problema del gobierno, ni siquiera del Estado sino de toda la sociedad. Únicamente encontraremos una vacuna efectiva contra este virus estructural que socava los cimientos de nuestra nación desde hace décadas y siglos, en la medida que el ecosistema de control en la sociedad funcione, y ello implica que el control público (que incluye el control gubernamental y otros tipos de control como el jurisdiccional, político y demás) haga lo suyo, y que el “compliance” en el sector privado, hago lo mismo y sin duda que el control social se expanda y consolide, fortaleciendo una mayor conciencia ciudadana democrática y menos tolerante con la corrupción.
Iniciativas como el programa Monitores Ciudadanos de Control demuestran el compromiso de ciudadanos presentes en las 25 regiones del país, hoy en 192 provincias y 1112 distritos. Para el 2023 confiamos en contar con monitores en los 1678 distritos del país, ciudadanos formados e informados que luchen con nosotros contra la corrupción y la inconducta funcional en sus propias localidades, para bien de sus familias, de sus comunidades y nuestro querido país.