El señor Medina sigue una tradición familiar: medir y pesar palabras. Aprendió solo y lo hace tan bien, que es muy respetado. Con su cinta de medir y su balanza suele encontrar las palabras exactas. Pero un día descubre que las palabras de los demás son coloridas y las suyas, grises… Esta historia nos muestra que ver las cosas con nuevos ojos nos puede cambiar la vida. Para chicos a partir de 9 años. (Para hacer sugerencias pueden escribirme a abunanicuentos@gmail.com).