La salud psicológica infantil es un aspecto fundamental del bienestar de los niños y niñas. Se refiere a la capacidad de los menores de edad para desarrollar su potencial cognitivo, emocional y social, así como para afrontar los desafíos y dificultades que se presentan en las distintas etapas de su vida. La salud psicológica infantil depende de diversos factores, como el entorno familiar, escolar y social, la personalidad, el temperamento, las habilidades y los recursos de cada niño o niña. Algunos de los problemas más frecuentes que pueden afectar a la salud psicológica infantil son el estrés, la ansiedad, la depresión, los trastornos del aprendizaje, los trastornos del comportamiento, el acoso escolar, el abuso o la violencia. Estos problemas pueden tener consecuencias negativas para el desarrollo físico, mental y emocional de los niños y niñas, así como para su autoestima, su rendimiento académico y sus relaciones interpersonales. Por eso, es importante detectar e intervenir precozmente ante cualquier signo de alteración o dificultad psicológica en la infancia, y ofrecer a los niños y niñas un apoyo profesional adecuado que les ayude a superar sus problemas y a fortalecer su salud psicológica. La salud psicológica infantil es un derecho de todos los niños y niñas, y una responsabilidad de todos los adultos que forman parte de su vida.
