A los seres humanos les encantan las teorías conspirativas, y siempre lo han hecho; incluso hay pruebas de que los antiguos romanos tenían algunas. Hoy, con la llegada de Internet, parecen estar por todas partes. Pero aunque el término es generalmente peyorativo, eso no significa que la gente no esté dispuesta a atraparte. Hablaré de algunas teorías conspiratorias que resultaron ser (al menos parcialmente o presuntamente) ciertas.
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