El origen de la vida en la Tierra como un acto creativo de la Divinidad ya no está en el imaginario popular; por lo menos, no en el primer lugar. Para el público en general, hoy en día es políticamente correcto escuchar primero lo que dice la ciencia. Por supuesto que los creyentes miramos y creemos lo que dice la Biblia sobre el origen de la vida; pero no tenemos por qué desconfiar de la ciencia, o cerrarnos a la posibilidad de que, algún día, se descubra que la vida apareció –o fue creada– en otra parte del universo, además de nuestro planeta.