En el último tiempo en varias ciudades del mundo ha aparecido una propuesta sin precedentes, que es en algunos aspectos al menos cuestionable: la oferta de canalizar la furia a través de las “habitaciones de la ira”, “salas del enojo” o "Break club", promocionadas como “el mejor lugar para llorar, gritar y romperlo todo”.
¿Qué tan efectiva es esta experiencia? ¿Tiene alguna función la ira? ¿Cómo podemos manejarla de la mejor manera?
¡No te pierdas otro tema con la Psic. Graciela Gares!