Hazte consciente del respiro,
cada inhalación, firme y sentida.
Exhala vaciándote, que tu pensamiento
también se instale ahí.
Piensa hermosamente qué quieres respirar;
y piensa sanamente, qué quieres expedir, soltar.
Simplifícate, y haz peticiones justas, necesarias,
hasta diluirlas y quedarte ahí, tan consciente;
tanto, que te otorgas permiso a estar,
a operar, dentro de la esfera que has armado,
dentro de lo que tu luz es, para habitarte.
Siéntete por demás asistido, sostenido,
y permítete además, que esto te complazca,
estés en tu bien, en tu principio de amor,
y hazte en calma.
Quererse así, calma.
Manifiéstate internamente ese sentimiento:
me estoy queriendo, me quiero a mí.
Y, desde ahí, todo.
Me quiero tanto...
y a partir de esa querencia, aspiro al amor,
al amor que es, que existe, que soy.
Soy mi amor, y cada respiro es mi amor,
el que contengo, el que produzco,
el que proyecto.
Y el respirar fluye tan calmadamente,
sin inquietud, sin recelo,
sin tensión, con todo mi amor.
Es que esto es mi amor,
y lo estoy percibiendo.
No se trata de una necesidad física.
¿Cómo siento mi amor?
¿Desde qué condición?
¿Cuál es mi recurso humano,
para saber, sentir, lo que es mi amor?
Respiro llenándome de amor.
Me lleno, me lleno,
aunque no sepa ni lo que es
ni de dónde proviene, ni quién me lo da.
¿Es acaso una sustancia?
¿Es un elemento?
¿Es una esencia?
¿Es tanto, que es todo?
¿Y acaso soy conducto?
¿Qué me lo proporciona?
¿De dónde proviene el flujo?
Y cuando siento plenitud,
¿qué está ocurriendo?
¿Hay medida, hay límite?
¿Hay control, hay reserva?
Y el respiro atiende,
el respiro mide,
y hay registro.
Respiro y me colmo,
retengo y sostengo,
reservo y me pleno.
Y del amor, el amado,
el Ser, la conciencia.
Y la expresión incontenible:
amado Ser, amada conciencia,
me estoy amando.
¿Cuánto puedo? ¿Cuánto es?
¿Cuánto más? ¿Cuánto?
Ya no pregunto, sé que me amas,
soy la respuesta.
Nada pido, me doy.
Cólmame a plenitud,
no contengo medida, ni restricción alguna.
Me abro en luz, contemplo mi Ser,
obro en bien, pronuncio verdad,
no pretendo dañar, escojo ser.
Promesa de alma, confianza pura,
reconozco tus aliados,
guardo fidelidad y entrega.
Solo amor.
Restablezco el juego,
ya no me olvido.
Amaré más.
Soy en ti, soy de ti, soy tú.
Ante tanto, solo gratitud,
y las fuerzas necesarias,
la comprensión exacta,
y el respiro hasta que alcance.
Me bendigo en justo propósito
de ser el amor que soy.
Om Namaha Shivaya