Sin paz mental ni destinos claros, Amanda nos cuenta cómo tiene que seguir esforzándose cada día para encontrar un lugar para establecerse y vivir dignamente. Ha superado innumerables obstáculos a lo largo de todo su viaje, desde racismo hasta asaltos, pero aún con todo el peligro pasado, cree firmemente en Jesús y que no necesita nada más que su fe y esfuerzo propio para salir adelante.