Hay un capítulo de los Salmos que habla de la gente que no reconoce que la muerte es algo que les sucederá a ellos mismos. Ellos piensan que son inmortales, aunque reconocen que ningún hombre vive para siempre. En lugar de prepararse con las provisiones espirituales necesarias para el largo viaje, esta gente se ocupa solamente de sus anhelos materiales...