La buena inclinación es conocida como "un niño pobre pero sabio" (pobre, porque pocos lo escuchan; sabio porque nos lleva por la senda de la vida). La mala inclinación es comparable a "un rey viejo y tonto" (la gente tiende a escucharlo porque es el rey, pero su consejo es necio). Estas dos inclinaciones representan el Reino de la Santidad y el Reino de la Impureza...