En casa siempre existió un vaso fresco de jugo de naranja para acompañar el desayuno. Recuerdo que mi abuela me insistía que si lo tomaba jamás iba a sufrir de resfriados y gripes. La publicidad nos ha dicho que el desayuno perfecto va acompañado de un zumo muy amarillo de naranja.
Pero, ¿es tan beneficioso beberlo todos los días o, por el contrario, hace parte de una costumbre que jamás hemos cuestionado?
Pues eso es lo que vamos a aclarar hoy.