Si pensaban que las leyes siempre están hechas para cumplirlas, después de escuchar este episodio más de uno cambiará de opinión…
En países tan turísticos y populares como Italia, la letra chica va desde sonrisas obligadas, andares silenciosos, saturación de perros con correa, y muchas visitas al médico. Los legisladores australianos no quisieron ser menos y prohíben cambiar lamparitas e interrumpir casamientos a lo Hollywood, mientras que sus pares singapurenses se cargaron la industria chiclera. El viaje termina en unas islas remotas de Noruega, donde fueron a fondo y prohibieron por ley morir, nacer, y el que no anda armado, paga multa.