Todos somos conscientes de que el clima influye en nuestro estado de ánimo. De hecho, a la mayoría nos afecta en cierto modo la llegada del calor o los días lluviosos, los días soleados o los días grises. Cuando nos despertamos por la mañana y vemos que hace un día soleado, empezamos el día con mejor humor. De igual forma, cuando nos despertamos y vemos que es un día lluvioso, empezamos el día quejándonos y de mal humor porque queremos sol.