Fecha del Servicio: 10 de abril de 2022
Evangelio: Lucas 19.28-40
Jesús siguió su viaje a Jerusalén. 29 Cuando ya había llegado cerca de Betfagé y Betania, junto al monte que se llama de los Olivos, envió a dos de sus discípulos, 30 diciéndoles: —Vayan a la aldea que está enfrente, y al llegar encontrarán un burro atado, que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganlo. 31 Y si alguien les pregunta por qué lo desatan, díganle que el Señor lo necesita.
32 Los discípulos fueron y lo encontraron todo como Jesús se lo había dicho. 33 Mientras estaban desatando el burro, los dueños les preguntaron: —¿Por qué lo desatan?
34 Ellos contestaron: —Porque el Señor lo necesita.
35 Y poniendo sus capas sobre el burro, se lo llevaron a Jesús y lo hicieron montar. 36 Conforme Jesús avanzaba, la gente tendía sus capas por el camino. 37 Y al acercarse a la bajada del Monte de los Olivos, todos sus seguidores comenzaron a gritar de alegría y a alabar a Dios por todos los milagros que habían visto. 38 Decían: —¡Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!
39 Entonces algunos fariseos que había entre la gente le dijeron: —Maestro, reprende a tus seguidores.
40 Pero Jesús les contestó: —Les digo que si éstos se callan, las piedras gritarán.