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Hay momentos que se graban en la memoria colectiva.

Como ese gol de Maradona en el Mundial del 86.

Para unos, trampa. Para otros, genialidad.

Pero en el fondo, fue una apuesta.

Una decisión tomada en milésimas, bajo presión, sin saber el resultado.

Y eso —dice Annie Duke, campeona de póker— es justo lo que hacemos todos, cada día.

🎲 Vivimos apostando sin darnos cuenta.

Y si sale mal: “¿Cómo no lo vi venir?”.

Y si sale bien: “Sabía que funcionaría”.

Pero… ¿y si no se trata del resultado?

📘 En Thinking in Bets, Annie Duke nos propone cambiar de enfoque:

Juzgar las decisiones por el proceso, no por el final.

Porque la vida no es ajedrez. Es póker.

Jugamos con cartas ocultas, información parcial, y sí… un poco de suerte.

Esa es la pregunta que lo cambia todo.

Porque cuando apuestas, te lo piensas dos veces antes de hablar.

No para tener razón, sino para no perder.

A mí me pasó al salir de Telefónica. Pensé que cerraba una etapa.

Y al llegar a Oracle, dudé de si duraría siquiera un año.

¿Acierto o error? Solo el tiempo lo diría. Pero la decisión… fue una apuesta. Con lo que sabía. En ese momento.

  1. Separar resultado de decisión: no todo lo que sale bien estuvo bien hecho, ni todo lo que sale mal es un error.

  2. Practicar el “mental contrasting”: visualizar obstáculos, no solo éxitos. Eso sí entrena para la realidad.

  3. Crear un grupo de pensamiento crítico: personas que te cuestionan sin filtrar, con verdad por encima del ego (Duke lo llama aplicar los principios de CUDOS).

  4. Admitir que no sabemos: y estar bien con eso. Apostar no es adivinar, es calibrar.

⚽ La Mano de Dios… ¿decisión o trampa?💡 ¿Cuánto apostarías a que tienes razón?🎯 4 ideas clave para decidir mejor