La motivación es la emoción, son las "ganas" de hacer algo. La disciplina tiene que ver con la acción, es hacer lo que sé que debo hacer.
Hoy les hablo de ambos conceptos y de cómo es importante conocer sus diferencias para entender que si espero a estar siempre motivado para hacer "eso" que quiero, nunca podré ser consistente. La motivación va y viene como cualquier emoción, y la disciplina es el hilo conductor.