“Es muy importante comprender el mensaje espiritual de esta Palabra; porque el Señor nos ha rescatado de la esclavitud del pecado, de la esclavitud de la tierra de Egipto.
La Escritura relata que después de que el pueblo de Israel salió con Poder de la tierra de Egipto, el Señor les prometió una gran cantidad de bendiciones. Esos hijos de Abraham, de Isaac, de Jacob, de Israel fueron partícipes de las promesas de Dios. Y al ser nosotros descendientes de Abraham, hemos sido bendecidos en su simiente bendita, de la cual vino Jesús el Cristo, Jesús de Nazareth, a través de quien fuimos adoptados como hijos de Dios por cuanto creemos en su Nombre; y el Señor nos ha hecho partícipes de su naturaleza Divina y de un pueblo santo para su Nombre.
Y es así que el Señor nos manda a ir en pos de la conquista de la tierra de Canaán —que es nuestra alma—, para que una vez transformados, fundamentados y robustecidos en la fe podamos también ir en pos de conquistar un pueblo para su Nombre en el lugar en el cual al Señor le ha placido que nazcamos. Es su Propósito y Voluntad que nuestro objetivo sea predicar la Palabra en el nombre de Jesús de Nazareth para también poder conquistar almas para Él.
Para ello es necesario que tú eches fuera el pecado de tu vida, y dejes de servir a los dioses que se mueven en ese pecado o en esas obras de la carne que hay en tu vida.
El Señor dio el Poder a su iglesia, a aquellos que verdaderamente creen, de echar fuera espíritus inmundos en ese Nombre sobre todo nombre, el Nombre de Jesús de Nazareth. Hoy en día esa Palabra es real en nuestras vidas, y nosotros tenemos que ponerla por obra.
El Dios del cielo y de la tierra manifiesta la importancia de la liberación espiritual demoniaca en estos últimos días; porque se convierten multitudes, pero esas multitudes siguen pecando, siguen sirviendo a sus dioses de sexo, de fornicación, de mentira, de engaño, de falsedad, lo cual hace que después se aparten del Camino de Dios en Cristo Jesús.
El Señor tiene preparado un lugar en ti en el cual vas a poder vivir en completa comunión con el Dios Todopoderoso. Ese lugar no es nada más que tu alma renovada, tu alma santificada.
Tú necesitas conquistar en tu interior cada parte pecaminosa de tu alma que está en poder del enemigo, despojarla de todo espíritu inmundo que habita en ella, y permitir que la Santidad de Dios llene esa área de tu alma. Y el Señor te ofrece, en ese camino de conquista, en ese camino de victoria, mandar a su Hijo para que vaya delante de ti y te guarde en el camino”.
Pr. Ricardo Claure Peñaloza
PARA QUE SU IGLESIA SE PREPARE… PARA TESTIMONIO A LAS NACIONES