“El Señor justamente nos da una arma poderosa para lograr crecimiento y alcanzar madurez espiritual, a fin de que cuando Él venga encuentre una iglesia gloriosa sin mancha, sin arruga, una iglesia madura llena del Espíritu Santo, que esté viviendo y andando en el Espíritu, y transformando cada día cada parte de su vida con las armas que el Señor nos ha dado.
Esta arma poderosa es el ayuno, y enseñar al pueblo del Altísimo respecto de él es el motivo de este mensaje.
El Señor quiere que comprendas que vas a lograr una transformación plena, no tratando de llevar tu vida cristiana con tus propias fuerzas, sino empleando las armas espirituales que Él nos ha dado; fundamentalmente el ayuno.
El Señor va a renovar tu vida, va a quitar todo lo que puede haber en ti que todavía es desagradable delante de Él; pero antes tú tienes que entregarle todo aquello. Entra en ayuno y el Señor va a hacer la obra. Cuando tú salgas de ese ayuno, conforme a los días que el Señor te muestre, te va a dar la victoria, y tú vas a ver la restauración interna.
La iglesia primitiva, desde el momento de la ascensión del Señor Jesús, hasta diez días después entró en ayuno y oración. En oración unánime ciento veinte discípulos del Señor clamando en el aposento alto. ¿Y después de eso qué ocurrió? Se derramó el Espíritu Santo sobre toda carne en el día de Pentecostés. Y el Espíritu Santo se sigue derramando sobre toda carne. Pero a veces hay algo que impide, y es justamente la falta de fe del pueblo del Señor. ¿Y sabes cómo viene la Fe? La Fe viene justamente a través del utilizar estas armas espirituales que el Señor nos da: el ayuno y la oración. Es por eso que nosotros debemos entender esto de una vez por todas.
Ahora es el tiempo de buscar esa conversión total al Señor, como la iglesia primitiva, ahora es el tiempo de ayunar y de orar, y así se desatará el Poder del Señor Jesús sobre su iglesia actual”.
Pr. Ricardo Claure Peñaloza
PARA QUE SU IGLESIA SE PREPARE… PARA TESTIMONIO A LAS NACIONES.
