Este es un impactante Estudio Bíblico en el cual el Señor Jesús, nuestro Dios de la Biblia, a través de su Siervo amado, nuestro Pastor Ricardo Claure Peñaloza, nos revela su Palabra acerca de las partes inferiores de la tierra, el mundo invisible, el mundo espiritual subterráneo; quiénes habitan en cada lugar, sus nombres, sus características, y todo aquello que es necesario conocer para no caer en el Seol. Aprenderemos a distinguir la Gehena de fuego del Tártaro, del Seol o del Hades; el Abismo del Tártaro; el Seol o el Hades del Tártaro. Aprenderemos también a distinguir los lugares de destrucción, los niveles de asolamiento que hay en esos lugares. Podremos comprender lo que es la cama de gusanos, el dolor, la desesperación, la angustia, la tortura que hay en esos sitios de desolación. Y lo más importante de todo, aprenderemos cómo poder ser librados de todo ese tormento, siendo justificados por medio de la fe en Jesucristo.
Nuestro Amado Señor Jesús se hizo hombre y vino a morar entre nosotros, despreciando su Deidad y humillándose hasta lo sumo, padeciendo muerte, y muerte de cruz para poder librarnos de todo ese castigo eterno que está destinado al hombre (anthropos) que no ha recibido la revelación del Amor de Dios y su Poder de redención de esta muerte eterna por el pecado. “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 6:23)”
La Palabra de Dios nos enseña que sin derramamiento de sangre no hay remisión perdónde pecados. Y fue nuestro Amado Señor Jesús, que por su grande e infinito Amor se dio a sí mismo en pago por nuestras vidas, haciéndose Él la propiciación por nuestros pecados y por los pecados de toda la humanidad, muriendo en la cruz del Calvario y derramando su sangre bendita que hasta ahora nos habla de su Amor y nos limpia del pecado para siempre.
16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
Evangelio de Juan 3:16
Sólo debemos acercarnos a Él con corazón sincero, con completa certeza, por la fe, de que hallaremos la Salvación y el Perdón por nuestros pecados, alcanzando así la Vida Eterna.
Clamemos pues y pidamos al Señor en el nombre de Jesús no caer en esos lugares de tormento, de destrucción y confusión perpetua. Sólo Él tiene el Poder para librarnos de estos sitios infernales. Su mano poderosa llena del Amor eterno con que nos ama está esperándonos para librarnos de esta desolación. Estamos a tiempo de ser librados de la muerte eterna.
PARA QUE SU IGLESIA SE PREPARE… PARA TESTIMONIO A LAS NACIONES.