“Esta Palabra está dirigida a todos aquellos que están con dolor en el alma, que sienten tristeza en su corazón por los problemas y dificultades que les ha sobrevenido a su vida; que tienen al papá enfermo, a la mamá enferma, a los hijos enfermos, que tienen problemas económicos, o que están en depresión, ansiedad, dificultad de diferente naturaleza con otras personas. Y esto causa dolor, angustia, desesperanza, desilusión, incertidumbre y también incredulidad en muchos. Incredulidad, porque muchos en sus problemas y dificultades, en su dolor del alma han tratado de apartarse del Señor, y se han desviado en muchas oportunidades tropezando en el camino.
Este mensaje está dirigido a aquellos que sufren, que lloran en la soledad de su habitación o en el lugar donde se encuentran por todo aquello que no pueden llevar adelante y no dan más, y sienten que el mundo se les viene abajo, se les viene encima también.
Es necesario que tú puedas prestar atención a esta Palabra, que dejes de lado en este momento todo pensamiento, que dejes de lado toda crítica, todo juicio, porque de esta forma no vas a poder recibir Palabra de Dios ni vas a poder alimentarte. Es necesario que dispongas ahora todo tu ser para poder recibir Palabra de Dios, porque esta Palabra ha de transformar tu vida. Es la Unción que desciende de lo alto que llenará tu corazón para que puedas prestar atención a esta Palabra que será Vida y abundancia para los que quieran recibirla.
Tú no puedes permanecer sentado en el lugar, esperando recibir y recibir. Ha llegado el tiempo, iglesia de Jesucristo, que tú también empieces a dar para que puedas ser “Efraín”, primogénito del Dios Altísimo, dando doble fruto y siendo otro centinela más en el monte de Efraín, clamando para que muchos se levanten y suban a Sion, y se acerquen al Dios de Israel.
A ti que estás con dolor en el alma, a ti que sufres, madre, papá, esposa, esposo, hijo, hija, cristiano, cristiana, inclusive a ti que no conoces al Señor y que tienes la oportunidad de escuchar por primera vez la Palabra de Dios, esta Palabra es para ti. Tú puedes venir a formar parte del remanente de Israel, del cuerpo de Cristo. Él quiere hacer una obra en ti.
Hay lágrimas en ti, hay llanto en ti, mas la Escritura dice: Irán con lloro, mas los haré volver con Misericordia, y cambiaré su lloro en Gozo, y nunca más tendrán dolor en sus almas. Sus almas serán como huerto de riego, y los consolaré y los alegraré de su dolor. Porque ahí comprenderemos la alegría de nuestro dolor, la razón de nuestro dolor, y vamos a poder comprender qué tan importante fue necesario el dolor en nuestras vidas para crecer en Cristo, para ser cada vez más parecidos a Él, en su Santidad por supuesto, no en su Deidad”.
Pr. Ricardo Claure P.
PARA QUE SU IGLESIA SE PREPARE… PARA TESTIMONIO A LAS NACIONES.