Elogiados por sus pares en Paraná, el gobernador Ziliotto siguió gestionando sin preocuparse por una elección, que finalmente no será porque al capricho narcisista de di Nápoli, razonablemente, no le dieron lugar. El reglamento es el reglamento y no se puede acomodar a los deseos aventurados de nadie. Milei festeja por todo e hipoteca todo.