El próximo domingo, con la elección del presidente y
vicepresidenta, estaremos definiendo quiénes conducirán las políticas del estado por los próximos 5 años.
Una de ellas, tal vez la más delicada de equilibrar y que
directa e indirectamente afecta en todas las demás, es la económica. Y dependiendo quién gane, Diego Labat o Gabriel Oddone serán los orientadores.
Los temas económicos que enfrenta el país de cara al
próximo quinquenio no son menores. Si bien aun una inflación moderada y dentro del rango meta por muchos meses, hay una considerable preocupación por el valor del tipo de cambio y el llamado “atraso cambiario”.
En el caso del déficit fiscal, que osciló durante los 4
años y medio de gestión, sigue en niveles considerado altos, aunque recientemente, Uruguay mejoró su calificación de riesgo en la evaluación de Moody’s.
Según la ministra Azucena Arbeleche, el panorama
fiscal hoy es “sustancialmente distinto” al que recibió el actual gobierno.
Otro debate arriba de la mesa es el impositivo, que se
coló en el debate del domingo, cuando fue mencionado por Alvaro Delgado.
Las bases programáticas del Frente Amplio, a las que aludió Delgado, sostienen que se debe “Avanzar en la transformación del sistema tributario reduciendo impuestos al consumo y fortaleciendo la imposición a la renta, el gran capital y el patrimonio con el criterio de progresividad”.
El domingo, Yamandú Orsi, dijo que, en una eventual
gestión suya, no subirá impuestos.
¿Cuán presente está el debate económico en la campaña?
¿Cómo se comportarán estas y otras variables en el
próximo quinquenio?
¿Es correcto hablar de financiar programas e iniciativas cuando el crecimiento promedio de Uruguay no supera el 2%?