Días pasados, en Brasil se sancionó una normativa que
prohíbe el uso de teléfonos celulares en las escuelas públicas y privadas, tanto durante las clases como en los recreos.
La normativa entrará en vigor en el actual año lectivo
y será aplicada en toda la educación básica, lo cual incluye los niveles preescolar, primario y secundario.
Esta medida, impulsada por el presidente Lula, ya tiene antecedentes en el propio estado de San Pablo, en Francia, aunque a modo de piloto y en la comunidad Valenciana en España.
Por su parte, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en agosto del año pasado, presentó una resolución del Ministerio de Educación que prohíbe el uso de teléfonos
celulares para los alumnos de primaria y jardines de infantes, tanto en las aulas como en los recreos, mientras que en secundaria solo estarán habilitados a sacarlo si sus profesores lo piden.
¿Es prohibir la solución?
¿o va por el lado de la inclusión?
¿Cuán práctico es de aplicar una medida como esta?