¿Te acordas de los días del océano y los fines de tarde?
Esos en los que nos tirábamos en la playa,
con la sal del agua pegándose en nuestra piel.
Y jugábamos en la arena
bajo el solcito por horas,
sintiendo a tu ritmo ser uno con el de la Luna que vendría.
Escuchábamos los sonidos del mar
mientras bailábamos con la marea
y flotábamos como flores silvestres sin destino.
Pensá en las olas.
¿Podes escucharlas?
Moviéndose suavemente debajo nuestro...
Al rato, el sol se ocultaba bajo el horizonte.
Pero no importaba.
Porque éramos.
Ahí al lado del agua, éramos.
¿Por qué tardamos tanto en volver al mar?
Si ahí es donde nos encontramos.
Mirando la inmensidad,
y deseando ser todos los días de esta manera.
Sentir todos los días,
de esa manera.
Deseando ser.
Todos los días.
Simplemente, ser.
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Juani Ramirez - Cuervo de Tinta