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Description

El lugar donde vivo es una especie de pueblo/ciudad.

Por ejemplo, acá la siesta es sagrada.

Como en cualquier pueblo del interior.

Pero tenemos edificios elevados y grandes comercios.

Hasta tenemos un shopping incluso.

Todo como en una gran ciudad.

Pero que te voy a contar sobre grandes urbes a vos

que vivís en medio de la infernal BsAs.

Me acuerdo cuando hablábamos

durante horas por el teléfono fijo.

Esa lejana adolescencia en la que nos quedábamos

sin crédito para mensajes de texto,

así que nos arriesgábamos

a recibir una cuenta de teléfono de locura por la llamada larga distancia.

Yo te contaba sobre la vida acá,

las noches de fogón y guitarra con amigos,

o las caminatas por calles llenas de árboles.

Vos, del otro lado de la línea,

me escuchabas fascinada.

Se podía escuchar en tu voz

la añoranza de encontrar un lugar pacífico.

Y a mí se me explotaba el corazón cuando me decías de venir

a este rincón perdido en el sur de Santa Fe.

Así de simple, con unas pocas palabras,

disolvías la distancia más enorme.

No solo la de los 400 km que nos separaban.

Sino también la de estos dos corazones idiotas,

que no quisieron verse nunca más,

pero que hasta el día de hoy

se extrañan más que nunca.