La palabra “pentecostés” significa cincuenta y se refiere a la festividad judía celebrada a 50 días de la pascua. También la fiesta se llamaba la fiesta de las semanas (Éxodo 34:22, Deuteronomio 16:10) o la fiesta de la siega (Éxodo 23:16).
Pentecostés era un día de acción de gracias por la cosecha con la cual Dios había bendecido a su pueblo. En ese día el sacerdote se presentaba en el Templo y como señal de agradecimiento, mecía delante de Dios dos barras de pan de trigo nuevo y dos corderos de un año. Todo el pueblo venía a celebrar juntos la acción de gracias por la cosecha y las bendiciones de Dios.
Hoy Necesitamos poder de lo alto, necesitamos al Espíritu Santo de Dios .necesitamos recibir nuestro Pentecostés.
Jesús había estado con sus discípulos 40 días después de su resurrección y ascendió a la gloria diciéndole a sus discípulos que regresaran a Jerusalén porque en 10 días más serían investidos con poder desde lo alto. Esto fue el cumplimiento de lo dicho por los profetas Joel y Juan el Bautista:
“Sucederá en aquel tiempo, que los montes destilarán mosto, y los collados fluirán leche, y por todos los arroyos de Judá correrán aguas; y saldrá una fuente de la casa de Jehová, y regará el valle de Sitim” - Joel 3:18
“Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego” - Mateo 3:11
En este día tan solemne, dedicado para rendirle gracias a Dios por la cosecha que les había dado, Nuestro Señor inició la cosecha de almas para su reino. Un día que marco por siempre la historia humana, el mundo nunca a sido igual, a partir del irrumpir del Espíritu Santo.
En el día de PENTECOSTÉS, cosas grandes sucedieron...
En ese día memorable a poca distancia de donde el sacerdote estaba meciendo las barras de pan, dándole gracias a Dios por su milagrosa cosecha, de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba…
La señal inicial de la llenura del Espíritu Santo era hablar en otras lenguas. Era una promesa no solo para los judíos del primer siglo sino para todo aquel que cree… para los judíos (Hechos 2), para los Samaritanos (Hechos 8), Gentiles (Hechos 10) para lo discípulos de Juan el Bautista que estaban en Éfeso (Hechos 19).
El apóstol Pedro lo expresa de esta manera el propio día de pentecostés cuando se dio el derramamiento del Espíritu Santo: “Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare…” - Hechos 2:39
No podemos regresar en el tiempo y recrear ese glorioso día del pentecostés, que hermoso hubiese sido oír el primer mensaje del apóstol Pedro ungido por el Espíritu Santo, no obstante si podemos anhelar, nuevamente tener un pentecostés en nuestra vida y en la iglesia.
El día de Pentecostés estaban todos unánimes juntos.
Una de las características notables de la iglesia del libro de Hechos, es que en el día de Pentecostés estaban “unánimes juntos”. Ellos tenían una misma mentalidad, un mismo sentir, un mismo espíritu, y con ello buscaron el rostro de Dios.