A veces creemos saber qué es lo mejor para nosotros, y nos aferramos a muchas cosas o personas en la vida, pero Dios, que conoce nuestro presente, pasado y futuro, sabe qué es lo mejor para nosotros y desea que tengamos lo mejor, lo más conveniente dentro de su propósito, que es, a su vez, lo que nos dará el sentido de plenitud en la vida.