En la vida existen dos clases de errores: los voluntarios y los involuntarios. Y ambos traen siempre consigo las inevitables consecuencias. Sabemos que nadie podrá dejar de cometer errores en la vida, porque todos los tenemos. Pero nuestro objetivo debe ser aprender de ellos para no volver a incurrir en los mismos y tener que pagar las tristes consecuencias. ¿Qué hacer para sanar nuestros errores y librarnos de ellos?