En la vida, todos necesitamos el respaldo de Dios, que nos recuerde que no estamos solos en medio de la batalla. Por eso, cuando las cosas se ponen difíciles, existe la posibilidad de pedir y obtener una ayuda extra. En medio de la tormenta, el Señor puede enviar vientos favorables que enderecen nuestro rumbo y nos acerquen a nuestro destino. ¿Cómo logramos hacerlo posible?