Además de las presiones internacionales, Ancap debió atravesar la oposición de los dueños del campo, los industriales, las petroleras del exterior instaladas en el país y de los herreristas, los colorados conservadores, los socialistas y hasta los comunistas. Esta alianza rara no dista mucho de la otra entente: los batllistas y los blancos independientes.
Sí, aunque suene extraño, el diario El País estuvo a favor de la instalación de Ancap.