El valor que tenía David para Dios no era directamente proporcional a las guerras que ganaba o a la popularidad que iba acumulando, el verdadero valor que tenía era que siempre supo quién era, no dejaba que se contaminara su corazón, sabia seguir ordenes, era obediente, conocía al Dios que adoraba, eso lo hizo un excelente líder y Rey. Me parece que la pregunta en estos momentos seria, ¿Sera que la música que escucho, mis actos, mi obediencia refleja que Dios pudiera estar guiando mi vida? Por Andrés Amescua